Hagamos de cuenta que un día estás escribiendo algo en Microsoft Word y deseas guardarlo en una dirección determinada. Al momento de darle al botón, te sale una ventana de este estilo:
Menciona que no es posible guardar el archivo porque no se disponen los permisos suficientes, y por ende tienes que pedírselos a un "administrador". Sin embargo, resulta que tú eres el único en el equipo, y justo en ese momento ya habías iniciado sesión en esa misma cuenta. Esta contradicción es, para muchos, una de las alertas más insólitas que pueden salir en este sistema. Pero primero estaría bien analizar un poco el funcionamiento de los ficheros y directorios en Windows.
Funcionamiento del sistema de archivos
El sistema de archivos que utiliza Windows es NTFS, el cual los gestiona en base a un régimen de permisos basado en grupos. Resumiéndolo, cada cuenta de usuario creada en el equipo forma parte de uno, y cada fichero y directorio tiene definido cuáles grupos tienen permitido el acceso, la escritura, la modificación y/o la eliminación.
En el caso de otros compatibles, no se gestiona la parte permisiva, por lo que podemos acceder con normalidad a cualquier tipo de archivos.
NTFS (New Technology File System) es el sistema de archivos que usa Windows en todas las versiones de la rama NT, de ahí su nombre.
El origen y una posible solución
Este problema puede surgir por varios motivos, aunque hay uno que se repite con frecuencia entre los usuarios. Y ocurre básicamente cuando guardamos un archivo al directorio raíz del disco local o en una carpeta del sistema como Windows o system32.
Teniendo en cuenta lo dicho en un Aquí hay tener en mente algo importante, y es que en realidad la cuestión del asunto no es el usuario, si no el programa. ¿A qué me refiero con esto? Que en este caso, el que no dispone de la autorización correspondiente es el procesador de textos, que se encarga de meter el archivo. El usuario lo único que hace es indicarle la ubicación, y como el otro no puede realizarlo por esa falta termina saltando el error. La solución más práctica sería guardarlo en otro lugar primero y luego moverlo al deseado. Como alternativa, puedes cerrar y volver a ejecutar el programa como administrador, aunque claro, perderías el progreso en el archivo.
Otros casos menos frecuentes suelen aparecer cuando la carpeta no posee ningún permiso de escritura o el disco duro se encuentre dañado y presente errores en su funcionamiento interno.
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